jueves, 12 de julio de 2007

¡No le entiendo al profesor!, ¡No sabe enseñar!, ¡Son tan aburridas y poco didácticas las clases de la profesora!, cuántas veces no repetimos estas frases durante nuestros años de estudio. Esto se debe en parte a que, habitualmente, tendemos a asociar didáctica con “entretenido”, “dinámico”, “actividades de juego”, “material didáctico y de apoyo para la clase” provocando una visión reduccionista del concepto porque constantemente lo vinculamos a “enseñar con arte de diversión”, más que verla como el “arte de enseñar” (Ian Amos Komensky, “Didáctica Magna”). Sin embargo, según Zufiaurre y Gabari (2000), el objeto de estudio de la didáctica ha sido circunscrito al estudio de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula; a su planificación, estrategias de enseñanza y aprendizaje, medios didácticos, modelos, entre otros.
Bajo esta descripción, la labor del docente se ve fundamentada por medio de la didáctica: he aquí el “cofre” de los recursos pedagógico que debemos manejar, cuidar y saber utilizar en cada contexto educacional para forjar y lograr un aprendizaje significativo para el alumno. Como señaló la profesora en clases, la didáctica es la mediadora entre el conocimiento disciplinario y el conocimiento cotidiano para lograr un conocimiento escolar, pero sin reducirlo ni simplificarlo, centrándonos en la profundización de los contenidos y sobre todo en la comprensión.
Tal como se indica en el libro “Currículum y Evaluación Educacional” (2006), como futuros profesionales que nos desempeñaremos en las aulas, antes que nada, seremos educadores comprometidos vocacionalmente con la formación de nuestros estudiantes, lo cual implica no sólo saber conocimiento sino más bien saber enseñarla y aquí juega un papel crucial la didáctica; el buen profesor no es aquél que llega a la clase y pasa todos los contenidos, dicta y llena de materia los cuadernos del alumno , sino el que sabe manejar diversas estrategias de aprendizaje para transmitir ese saber sabio a los escolares y éstos logren generar nuevas estructuras cognitivas, relacionándolo con sus concepciones previas y cambiando ideas erradas.
Ante este panorama, ser profesor no es una tarea fácil ni menos valiosa que la de otro profesional, puesto que durante nuestra preparación académica debemos adquirir no sólo contenidos, también desarrollar capacidades y habilidades suficientes para enfrentar el trabajo en los establecimientos educacionales y resolver los problemas propios de la desafiante misión de la instrucción de nuestro jóvenes, para que ellos no tengan que descalificarnos o tacharnos de “malos profes” porque no sabemos solucionar problemas de aprendizaje.
En consecuencia, si queremos cambiar la situación actual de la educación debemos partir de nosotros mismos, los docentes en preparación; que mejor teoría o marco de referencia que nuestra próxima práctica y experiencia laboral para mejorar el proceso de enseñanza recurriendo a esta disciplina que desarrolla métodos, estrategias, procedimientos para alcanzar un aprendizaje efectivo ¡La Didáctica!

1 comentario:

Pamita dijo...

Paty!!!!
que bkn poder hablar asi contigo!!!
no alcanzo a leer lo que escribiste porque toy en un cyber y como soy cagá, ni ahi con pagar más d elo minimo jajajaja
oie! pucha cuando vaya a kiriwe te llamo pa ke nos jjuntemos po, pero sin correrse sipo
sigue posteando para saber de tu laif
cariños besitos para ti
=*