lunes, 19 de noviembre de 2007

“VALORES Y TENDENCIAS QUE PRESIDEN LOS PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN EN LA ÉPOCA POSTMODERNA” (ÁNGEL PÉREZ GÓMEZ, 1998)

En un futuro no muy lejano seremos quienes guíen y orienten a las nuevas generaciones en su proceso de educación y socialización.; fuente de información, valores, actitudes que transmitiremos día a día en nuestra praxis docente. Sin embargo, es fundamental para nuestra labor conocer el “tipo” de sociedad que predomina hoy. Para facilitar esta tarea de comprensión, el autor nos expone la realidad social que vamos a tener que enfrentar en el aula, nos advierte que los alumnos al igual que el resto de la sociedad, se encuentran rodeados de dudas e incertidumbre por los cambios en la vida social y desean dilucidar para definir su identidad, ¡Un trabajo no menor!
Para nadie es un misterio que la sociedad postmoderna se caracteriza por un individualismo y egoísmo muy marcado. Cada uno vela por sus intereses, aumenta la competencia y nos tornamos mezquinos intelectuales con los otros (Pérez, 1998); pensemos, si me va bien en un certamen y hay personas que están mal, han obtenido bajas calificaciones, ¿nos acercamos a prestar ayuda? Lo más probable es que no. Siempre optamos por juzgar y comentar que es flojo, no estudia o simplemente pasamos por alto. Tenemos siempre la necesidad de compararnos con los demás para sentirnos bien, de sentirnos superiores y ser considerado “el más inteligente”; acto estimulado desde pequeños por nuestros padres, quienes incentivan a sus hijos a estudiar para que obtenga buenas calificaciones y los tachen de “inteligentes” y los valoren y reconozcan a nivel social. Bajo este panorama, necesitamos fomentar la colaboración y/o respeto por los otros, un trabajo comunitario en clases y en conjunto con los padres. Reconocer las diferencias individuales de los estudiantes atendiendo cada necesidad educativa que tengan.
Otro aspecto importante es la desideologización general de la sociedad (Pérez, 1998), no confiamos en las autoridades, religión ni en las ciencias, y quiero detenerme en este instante. El conocimiento científico, para muchos, es el conocimiento verdadero porque posee una fundamentación razonable basada en el uso del método científico y no se puede refutar. Sin embargo, el cambio constante de la información ligado a una refelxividad acelerada de los fenómenos naturales provoca ciertos quiebres en la vida de las personas y comienza el cuestionamiento acerca del futuro incierto que les espera (Pérez 1998). Mañana seremos precisamente docentes en Ciencias y no es fácil convencer ya a esta sociedad cada vez más temerosa porque los nuevos avances, que si bien han satisfecho las necesidades del hombre, han provocado efectos adversos y dañinos para la naturaleza, aumentando el horror ante una posible destrucción global, algo así como una autoeliminación. Debemos saber transmitir el conocimiento, pero más que eso devenimos crear conciencias claras y abiertas ante cualquier posibilidad de cambio; ver las ventajas y desventajas de la nueva tecnología y no sobrevalorar esta área científica.
Siempre que hacemos algo, queremos realizarlo en forma eficiente para obtener prósperos resultados, pero actualmente hay una obsesión por ello (Pérez, 1998). La sociedad postmoderna es acelerada, no hay tiempo para pensar sólo actuar y producir más, ¿más qué? Conocimiento, trabajo, resultados pero sin importar la calidad de ellos. En educación, prevalece la calificación por sobre la evaluación: si el alumno obtiene un siete es inteligente y estudioso ¡Buen futuro!, pero si es una nota deficiente es flojo e ineficiente ¡…Nada que decir! Así, los acostumbramos a preocuparse tanto por las notas que hasta los empujamos a emplear cualquier recurso por conseguir una nota azul y principalmente me refiero al aprendizaje de memoria. No hay reflexión, análisis y/o comprensión de lo que están estudiando, se encargan de repetir como “loros” los conocimientos y los docentes fomentan dicha acción. Ahora pensemos, ¿qué le queda al alumno después de la prueba?, sólo el recuerdo de que alguna vez leyeron algo y se sacaron un siete.
Para finalizar no puedo dejar de mencionar la influencia de los medios de comunicación en la sociedad actual. A través de éstos recibimos constantes mensajes, antecedentes de otras culturas, modas, etc. Nos sobreestímula con información producto de la globalización y nos mantiene conectados con la realidad de otros países y los jóvenes actuales están atentos a toda esta inquisición de noticias; eso genera un cambio de mentalidad constante, adquieren ideas de otras culturas y la llevan al aula donde, a través del proceso de socialización, transmiten cada nuevo pensamiento y van generando un cambio en la mentalidad de otros. Ante este panorama, es el docente el que debe estar atento a estos cambios y debe reconocer qué es lo que quieren los estudiantes, qué es lo significativo para ello, qué es lo que quieren saber y sobre todo conectarse con su mismo idioma puesto que, sólo así podrá entenderlos y ellos se sentirán a gusto en el aula participando activamente con lo que el profesor les enseña.
Para finalizar, quiero recalcar que la vida social que tendremos que enfrentar el día de mañana en nuestro ejercicio como docentes no es nada fácil, las ideologías cambian constantemente y la desconfianza de las personas de las ciencias nos complica un poco el futuro. Sin embargo, el autor ya nos advierte las características de esta sociedad globalizada y nos invita a reflexionar acerca de cada punto para que no nos encontremos con sorpresas y sepamos comprender a los estudiantes del futuro.

lunes, 5 de noviembre de 2007

“El sistema educacional chileno en la década de 1990: estructura educacional, políticas y resultados” y “Educación Media”

Desde 1990, el sistema educacional de nuestro país sufre un profundo cambio con nuevas políticas educacionales y la implantación de la cuestionada Reforma Educacional. Cada innovación fue diseñada e implementada confiando en prósperos resultados, sin embargo de la teoría a la práctica hay una gran diferencia y por lo mismo, algunas de las medidas “utópicas” generaron y generan aún resquemor entre quienes tiene que vivir la realidad educativa, LOS DOCENTES Y LOS ALUMNOS. Los sistemas de evaluación nacional e internacional de la calidad y equidad de la ecuación arrojan resultados cada vez más contradictorios con las metas del Estado; la brecha sigue existiendo, los colegios particulares obtienen mejores puntajes que los municipales y subvencionados. Entonces, ¿qué sucede?, si el gobierno destina una gran cantidad de dinero en educación para mejorarla ¿?qué ocurre con dichos recursos?. En alguna oportunidad lo comenté con la profesora Mará Teresa y llegamos a la conclusión que aquí hay un problema de gestión por parte de las autoridades, los dineros no son destinados a quienes realmente los necesitan y la desigualdad educacional se sigue manteniendo. De que me sirve tener todos los materiales para un laboratorio si no cuento con el espacio físico para realizar las prácticas, debido a que la sala destinada para ello tuvo que convertirse en aula de clase por el exceso de alumnos y falta de dinero para construir salas (eso ocurrió en mi liceo). ¡Señores del gobierno, pensemos y luego actuemos!
No obstante, sí quiero felicitar al gobierno en cuanto a que la modalidad académica como la técnico profesional, durante los dos primeros años de enseñaza media tengan un plan común y luego se especialicen. Desde cerca conocí la experiencia de personas que asistieron a establecimientos técnicos y cuando decidieron ingresar a la universidad tenían serias deficiencias sobre todo en ciencias, pues anteriormente sólo era tarea de la modalidad científico-humanista.
Uno de los aspectos interesantes es la reforma curricular que tiene por fin reajustar los planes y programas educativos para responder satisfactoriamente a las demandas de la sociedad cada vez más globalizada (Revisión de políticas educacionales de educación). Sin embargo, presenta una debilidad en su implementación y poca calidad de sus propuestas en cuanto a los contenidos y planes. Quienes critican la debilidad de su implementación concuerdan en señalar la escasa capacidad del MINEDUC para generar mecanismos que permitan avanzar en la hasta ahora débil apropiación curricular de los docentes; el gobierno ha hecho bastante en materia de elaboración y desarrollo curricular, pero todavía poco en cuanto a difusión y apoyo para una implementación curricular efectiva en las escuelas y aulas del país (Montes, 2006)
A pesar de que en Chile en los últimos años la cobertura educacional ha aumentado considerablemente y se han puesto en práctica diversos programas orientados a mejorar la calidad de la enseñanza, como el programa MECE y el aumento de la jornada escolar, se observan deficiencias según estándares internacionales y en relación a la efectividad esperada. Por ejemplo: datos del TIMSS 2003 muestra que los estudiantes chilenos tuvieron un desempeño muy inferior al de la mayoría de los alumnos de los otros países. Al rankear los países según su puntaje promedio, Chile se ubicó en el lugar 38 de 46 en Matemática, y 35 de 46 en Ciencias. En Matemática, más de la mitad de los alumnos chilenos (59%) no alcanzó el estándar de desempeño más bajo descrito por TIMSS. En Ciencias, este porcentaje fue de 44%.
Entonces ¿los profesores estarán realmente capacitados para este cambio?, ¿se les instruye de forma adecuada? La calidad de la preparación que están recibiendo los decentes no es del todo apropiada para enfrentar el escenario educativo actual (Revisión de políticas educacionales de educación), por ejemplo si lo tomamos desde las ciencias, los conocimientos están obsoletos cada segundo pues constantemente se están realizando descubrimientos y con ello los profesores “antiguos” quedan atrás en estas materias. Su nivel de enseñanza no es el óptimo para realizar clases, requieren de perfeccionamientos y constantes revisión de sus conocimientos.
Estos son algunos de los antecedentes que nos revelan que la que los cambios educacionales no han sido del todo efectivos y que en parte se deben a la “mala copia” que realizaron nuestros legisladores a las políticas europeas que presentan un sistema educativo totalmente distinto al de nosotros, con una cultura diferente, con otra mentalidad, otra sociedad. (Quiroz, 2005), ¡No entiendo cómo no se dieron cuenta! Pero ahora, como futuros docentes no podemos seguir lamentando los errores de nuestros reformadores, debemos actuar ahora para comenzar a organizar y entender estas modificaciones, pero si no contamos con el apoyo y participación de todos los actores escolares con la Educación, jamás lograremos una formación de calidad para nuestros alumnos y mantendremos la realidad escolar cada vez más decadente. Por lo tanto, y a partir de la información que se nos entrega en los distintos cursos de formación universitaria donde se abordan estos temas, debemos adquirir un real compromiso con la institución escolar y sobre todo con nuestros futuros alumnos, para cambiar esta educación y entregarles las mejores enseñanzas.